Mitos y leyendas...
La Pincoya
Es una sirena de extraordinaria belleza (de tez blanca ligeramente bronceada y cabellos rubios), cuya labor es proteger al mar, sembrarlo y rescatar a los náufragos.
Cuando la Pincoya danza mirando hacia el océano, está avisando que habrá abundancia de peces y mariscos. Y cuando lo hace mirando hacia la costa, habrá escasez.
Para ser favorecido por ella, es necesario estar contento; por eso, los pescadores se acompañan de amigos alegres.
También se dice que si se pesca o marisca mucho en un solo lugar, la Pincoya se enoja y abandona aquella zona, que luego queda estéril. La Pincoya a veces anda acompañada por su marido, el Pincoy.
Hay otra versión sobre el origen de la Pincoya que cuenta que ella vivía en la laguna Huelde, ubicada cerca de Cucao.
La sirena habitaba una enorme cueva y acostumbraba a bañarse en la laguna y en el río Puchanquin. Desde los roqueríos, mediante un silbido, hacía emerger desde el fondo de las aguas un tronco de oro macizo, al que se subía para peinarse sus dorados cabellos. A veces, durante la noche, entonaba embrujadas canciones amorosas, a las cuales nadie podía resistirse.
Además, muchas personas buscaban la mujer para obtener favores, hasta que ella desapareció del lugar. Se cree que fue raptada desde la laguna de Huelde para llevar prosperidad y abundancia a playas lejanas.
Desde entonces, las aguas tomaron el color oscuro que hoy tienen, y pese a que muchos han intentado imitar el silbido de la sirena, el tronco de oro aún está sumergido esperando a su dueña.
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